Relato 5 "Tras la linea del espejo"

Relato 5 "Tras la linea del espejo"

Lucia preguntó a su hermana  ¿Hermana otra vez tienes miedo?  Anastasia guardo silencio, estaba algo inquieta y respondió “no, solo quiero dormir”.

Las noches en la habitación de las niñas pasaban muy lentas, y se podía apreciar claramente el infinito miedo que dormía allí, las telarañas infernales que sostenían amargadas y viejas polillas se movían a causa de una brisa venida de quien sabe donde. La fotografía colgada en la pared alojaba a la señora RIDECBILL. Su marco de madera había sido fiel a su foto desde que fue colgado allí. La penumbra y nebulosidad de la habitación eran inquietantes. Pero para las hermanas no había problemas, además ellas nacieron en aquella casa fabulosa y siempre estuvieron juntas, aun cuando la señora ridecbill estaba con vida.

El padre caminaba hacia casa cruzando las estrechas calles mojadas y sembradas de adoquines. El invierno eran colosal y el impotente frio podía cubrir de nieve cualquier fuego que opusiera resistencia. La niebla sepulcral y confusa se tendía sobre los caminos, los vapores que salían de la tierra húmeda tenían el típico sabor del azufre amarillo fuerte, y en algunos lugares de la calle hostil, se veían fantasmas sentados en la acera.

El señor llegó por fin a la espectacular mansión y cruzo el umbral que las niñas aseguraban llevaba a otro lugar. Helado por la larga caminata se dispuso a acostarse. Tmmmm, tmmmm. Se escuchan las campanadas que anuncian que ya es una hora después de la medianoche. El señor disfruto del llanto habitual y lastimoso de los perros callejeros.

Lucia dormida siente como alguien le respira en su cara, que oscuras formas se deslizan por su habitación, siente el alma despiadada y blanca que recorre con las manos su cabello. No quiere abrir sus ojos, su corazón suena tan fuerte que el padre lo escucha y corre hacia la habitación. Ella no quiere mirar, desea huir pero es muy pequeña para lograr algo. Escucha a anastasia caminar, uf que alivio su hermana va a socorrerla, pero espera, anastasia no da zancadas tan largas y ella no despierta en las noches, ¿entonces que es? Oh ya lo recuerda, una vez cuando era un bebe sin sentido, vio salir del espejo a una personas que reía burlescamente y se dirigía hacia ella. Si lo recuerda, pero eran muchas, eran muchas cosas que vivían en el espejo de la habitación, una vez al despertar encontraron un mensaje escrito sobre la mesa del velador que decía “anastasia linda, ven a jugar con nosotros”. También muchas veces amanecían lagartijas muertas esparcidas por todo el cuarto y el gran perro que cuidaba la casa no se atrevía a dormir en la intolerable habitación.

Lucia aseguraba ver de vez en cuando una figura escondida tras el espejo, pero ellas no querían sacarlo de allí, preferían morir de susto y pasar el día completo admirándose frente a su gran espejo. Algo ciertamente contradictorio.

Esa noche lucia recordó como la foto de su madre se ponía cada vez mas joven, su espíritu rondaba la casona y se le oía ir y venir por las paredes. La foto iba rejuveneciendo cada día muy lentamente, su piel se volvía lisa otra vez y sus ojos grises eran otra vez azules. 

Otra noche ha llegado, esta vez el techo gira y pierden el sentido de la fecha, anastasia y lucia están dormidas juntas y tienen miedo, otra vez se abre el espejo y caen los demonios que las visitan cada día, vienen a revolver la habitación y juegan con el reloj cucú. Dejan  muerto el aire y se sientan alrededor de la cama. Ríen con risas abrumadoras, y se mueven por instinto y una de ellas les dice a las hermanas que están abrazadas, pálidas y casi sin sentido común por lo sucedido. “si abren los ojos, mueren” las niñas se sobresaltan al oír la voz de su madre otra vez, quieren saltar de alegría pero son detenidas otra vez por la advertencia. Que es esto su madre advirtiendo que pueden morir. La desesperación es enorme, la extrañan y quieren abrazarla, pero y si solo es una trampa.

 

Anastasia y Lucia recuerdan el mensaje dejado en el velador. Al parecer estaba escrito por su madre. Aunque estaba muerta, la señora vivía en su cuadro colgada a la pared, y la carta tenia advertencia claras que debían cumplirse al pie de la letra.

Así entre la penumbra y bajo las sabanas, las niñas están tomadas de la mano, escuchan los llamados a su lado pero no ceden, los seres del espejo las quieren. El demonio de sombrero siempre salía de su escondite y acechaba sus pasos, les cortaba mechones de cabello y se los comía, era un maldito burlón.

 

 

El reloj colosal que vive en el torreón marca su tonada como de costumbre, y mientras son observadas por criaturas abismales. Se vuelven locas, gritan con voz muda, piensan en su padre que no las escucha, quieren saber y conocer las caras de quienes las acosan. Quieren romper ese espejo tan grande que adorna la habitación, pero espera. Es un recuerdo de mama, no pueden eliminarlo además es tan lindo durante el día.

Así llegan al ocaso de su martirio, y pierden la conciencia por el terror.

 

¿Donde estoy? grita anastasia ¡ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh!. La niña se pone de pie y todo esta oscuro, solo ve una luz grande a lo lejos, corre hacia allá descalza, hay vidrios en el piso, los siente al pasar sobre ellos descalza pero aun así corre, no entiende nada,  las manos la atajan para que no pueda escapar, pero luego la sueltan. Por fin logra llegar a la luz y ve a su hermana llorando en el suelo.

 

Ahí se da cuenta que del otro lado están sus cuerpos muertos e inertes, golpean con furia pero una especie de barrera o vidrio impide que salgan a su habitación. Lloran de dolor y sufrimiento hasta que por fin comprenden que están dentro del espejo. Ohhhh sorpresa, sus cuerpos en el mundo real se mueven y se levantan, el padre entra al cuarto con dos tazas de café para sus hijas, ellas lo reciben con felicidad, no no son ellas realmente, son espíritus que han tomado sus cuerpos y las han dejado encerradas en el otro mundo, al otro lado del espejo. Lloran aun más y encuentran una carta escrita por alguien desconocido que decía:

 

Mientras dormían abrimos sus ojos, y los demonios tomaron su vida, fue un juego divertido, con sus manos largas fueron tomando cada fragmento de vida de sus dos cuerpos, los desgarraron, dividieron las dos almas en miles de bolitas de cristal que rodaron por el suelo rojo. Que dulce son estas niñas. Pronto las manos las arrastraron al interior del espejo. Y aquí están.

Ahora solo podrán vivir aquí para siempre condenadas a ver sus cuerpos caminar con almas ajenas en su interior. Y con respecto a su padre. Bueno el pronto será comida, y así todos los que lleguen a la mansión.

No se deben tener espejos en las habitaciones sobre todo al dormir, o realmente crees que cuando te miras frente a uno estas solo. No, lo que ves allí no es tu reflejo, eso es solo para ingenuos, lo que ves es a los demonios crepusculares y caóticos encerrados por sus malas acciones en vida. Están en otra dimensión a través del portal de los espejos, y solo algunos conocen como volver de allí. Jugar con estos portales es peligroso, ya que puedes caer a una dimensión totalmente diferente a tu mundo propio. El castigo de estos demonios además de la expulsión al caos es que cada vez que un hombre mira hacia el portal (espejo) los demonios que allí viven deben imitar a la perfección a quien se ve reflejado o lo que realmente debiera reflejarse si el espejo fuera real. Por lo tanto lo que vez son demonios imitando tu figura y cuando tu no miras a el simplemente no se refleja nada. He escuchado que si eres capaz de desafiar a los espíritus puedes verlos chocar desde el otro lado del portal tratando de salir de su prisión. Así que si sientes que al dormir, alguien se sienta a los pies de tu cama no te duermas y en cuanto puedas rompe el espejo. Antiguamente las almas que huyeron del portal crearon la superstición de que quebrar un espejo trae mala vida y hechos penosos. Eso fue  para evitar la extinción de los portales.

Eso es todo lo que conseguimos mandar a la realidad.

Aquí se respiran puñales blancos que acechan las entrañas de la fe

Las sonatas pálidas que caen de las paredes suelen atormentar los oídos

Y es tan oscuro todo, que ni siquiera puedo ver mis manos.

Los aullidos de los caídos adornan el aire

Y solo deseo morir.

 

Escrito por:

Omar Sepúlveda C.